¿Cuántas veces no hemos escuchado la justificación de “es sólo un meme” como defensa de una opinión que se hace pública? ¿Qué es el meme?
POR: El Cancerbero
Si le hacemos caso a su principal exponente – al “papá de los memes” Richard Dawkins -, es una especie de elemento cultural que se transmite en la interacción social, mas no a través de la genética. De aquí que reconozcamos como memes a las unidades audiovisuales y textuales que se transfieren, se adaptan y representan en los medios sociales. Sin embargo, en la esencia del meme no encontramos que estos sean por definición “inofensivos”, sino que estos, al ser unidades culturales que guardan información o ideas a través de lenguajes textuales o audiovisuales se vuelven, a su vez, medios de información. Ya sea para un chiste, una idea, una opinión o una forma de expresión artística, incluso para uso educativo. Lo memes pueden ser formativos, hay toda una rama pedagógica que estudia la educación informal, donde yo ubicaría a los memes, pero lo que es importante entender es que al final, los memes son medios. Los medios no son buenos o malos en sí mismos, ¡son medios! Y los contenidos en ellos y nuestra respuesta a ellos dependen de nosotros mismos y nosotras mismas.
Lo anterior implica que puede haber de todo en los memes, incluso ofensas, que pueden a bien ser disfrazadas de un meme “inofensivo” bajo la cláusula de que depende de cómo te tomes los memes su impacto en la cultura; sin embargo, no olvidemos que la cultura juega de forma ambivalente, es decir, nosotros conformamos la cultura y la cultura nos conforma a nosotros. Por lo que no basta querer que los demás vean los memes como yo los veo, si escribo ofensas que parecen inofensivas porque tienen una imagen que me parece “chistosa” de fondo no puedo esperar que ya no sea una ofensa. Claro que nuestra cultura, al ser tan diversa, exige de nosotros fortaleza estóica ante la adversidad. Si la ofensa es el acto de hacer que una persona se sienta humillada o despreciada, podemos notar que la ofensa se encuentra más en la intensión de la persona que realiza la ofensa que en quien se ofenda, de esta manera, existen ofensas por las que nadie se ofende. Aunque también existe la posibilidad de que alguien que no haya tenido intensión de ofender provoque que otra persona se sienta ofendida.
Desde: knowyourmeme.com
Tranquilidad, no hago una defensa de la extrema sensibilidad, pero recordemos que la vida no se encuentra en los extremos de dos polos, sino entre sus diferentes grados. Hablo aquí no de cualquier chiste, de cualquier opinión, sino de que existen ofensas con toda intención de menospreciar y humillar, y es injusto cargar la culpabilidad de las ofensas a quien se sintió ofendido por dichas ofensas a las claras, echas a dolo. Porque son repetitivas, son explícitas, son cargadas de una cultura que no es sólo memes sino acciones y que además son hechas en un ámbito público, por lo que tu chiste sobre que los filósofos no tenemos trabajo y tenemos que escribir en blogs para ganar unos pesos es gracioso para mí que tengo manera de escribir en un blog virtual, pero ¿y si no?
Es un tema complicado pero hay que mencionar todas las aristas, efectivamente hay quienes se ofenden porque una persona que no tiene el deber de saber con qué género te identificas te llama como no quieres ser llamada como persona, pero tampoco delegues tu responsabilidad asumiendo que todas las personas deben ser ejemplos de estoicismo, no es tu deber buscar humillar y despreciar a las demás personas, sino por el contrario, como persona política se espera de ti que trabajes por un bien común además del privado (¿has identificado de dónde viene la palabra “idiota”?). Hay espacios y formas, contextos y complejidades, pero si no reflexionamos sobre nuestros actos será difícil ponernos de acuerdo como sociedad sobre lo que está bien y mal de forma continua, porque claro, la moral y la ética no son estáticas, y de ello ahí tenemos la historia como prueba.
En fin, que la próxima vez que veas un meme no lo reduzcas a un texto cualquiera sobre una imagen inofensiva para todo mundo, sino como elemento de nuestra cultura que ya es de por sí compleja. Mi conclusión es que un meme nunca es sólo un meme, sino que carga con una postura humorística, crítica, ¡toda una carga cultural! Y que las opiniones, al ser públicas, pueden causar mucho impacto en lo fáctico si son meras opiniones sin fundamento, sino me crees podemos investigar qué función ha tenido la opinión pública en guerras y movimientos sociales, económicos o políticos. Cómo, dónde, de qué manera y con qué intención usamos los memes depende de nosotros, de nadie más, y si bien tampoco creo que mamá Facebook se ponga de moralista sea la solución, creo que la solución se encuentra en la ética de cada persona y el diálogo, no olvidando que vivimos en un mundo en común con otras personas que también son valiosas.
Dialoguemos… ¿Qué opinas tú de esto?
– El contradictorio