Hace unos meses jugué por primera vez God of War, (cadenas del olimpo). Hasta entonces no había tenido acercamientos con los quick time events y fue interesante aprender a jugar al botonazo preciso para continuar con la acción o tener amonestaciones por mis errores. Estos eventos se activaban ante monstruos enormes, colosales, sobrehumanos en el sentido estricto de la palabra: con capacidades superiores e inmedibles a las humanas, y aún así, con la precisión adecuada, es posible superarlos. Esto da una sensación de omnipotencia que se va generando a través de los mandos y, el jugador, se vuelve participe de la mentira por que permite continuar con la farsa de superioridad.
POR: Esaka
En el último acto del juego, siempre persiguiendo al fantasma de mi hija (la hija de Kratos) el personaje deja todo con tal de recuperarla, entonces se activa el evento más emocional de todos: ahora, como nunca en el juego, tengo qué presionar círculo, meterle saña como no lo hice contra ningún otro jefe, pero… ¿Por qué?
¡Porque a la humanidad de Kratos le duele más este apego emocional que vencer a un kraken!, por que siente, porque lleva todo el juego persiguiendo un objetivo que apenas obtiene y nuevamente le es negado, por que es el juguete de las circunstancias personificados en dioses, y le duele: volver a dejar, perder… porque sabe que puede hacer algo y que el bien común es mayor al personal, y es lo correcto… pero le duele.
Y aquí hay un desdoblamiento: jugamos a ser poderosos, y lo aceptamos desde el principio del juego cuando tomamos el control de las acciones del personaje, y ahora, a nosotros también nos pesa, y no queremos presionar el botón, pero el juego nos lo exige. Nos sentimos, o nos acercamos, al menos, a sentir lo que Kratos. Ahí la emoción estética.
Dayo script en un video de 2012 menciona que el arte es la construcción humana que nos permite sentir algo y que no es requerida para vivir (1:21), si lo vemos así, entonces sí, efectivamente los videojuegos pueden ser arte, con grandes cantidades de emociones y sensaciones.
Entonces sí pueden ser arte, y sí, el énfasis esta en el pueden, porque el hecho de que puedan serlo no implica que sea su obligación, como tampoco lo es el del éxito del verano, del blockbuster o el de best seller. Pueden o no serlo, pero eso ya depende del o los artistas detrás de la obra.